En momentos en que un huracán de rebeliones está sacudiendo las dictaduras árabes, vemos que los topónimos empleados por la prensa en español contienen numerosas discrepancias, algunas de las cuales se han originado en transcripciones del inglés.
Es el caso del Reino de Baréin (tal la última grafía recomendada por la Academia Española en su Ortografía de 2010), aunque en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), publicado hace apenas cuatro años, la Academia y sus asociadas preferían Bahréin, un calco ortográfico del inglés, con el aditamento de una tilde.
En realidad, la pronunciación de ese nombre podría sugerir para el castellano Bajréin, puesto que la h se pronuncia en inglés, retomando un fonema que también existe en lengua árabe.
Con la ortografía de Yemen parecería no haber diferencias en español, aunque el DPD sugiere el uso con artículo: el Yemen y República del Yemen. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el gentilicio: el mismo DPD recomienda yemení, vocablo de uso casi exclusivamente peninsular, y desconoce yemenita, mas empleado por la prensa hispanoamericana.
El lugar donde se iniciaron los disturbios es Túnez, un nombre que no presenta dificultades en español, aunque vale la pena recordar la característica de tratarse de un país denominado por su gentilicio (República Tunecina), tal como ocurre con Francia y Argentina, entre muchos otros países.
Aunque por el momento no hay revueltas en la República Árabe Saharaui Democrática, es preciso recordar que la h se puede pronunciar aspirada, como en árabe, o mantenerse muda, como es normal en español. Además, la región del desierto del norte del África puede llamarse tanto Sahara como Sáhara. En el último caso, la h debe ser aspirada, por tratarse de un calco de la pronunciación árabe.
La capital de Egipto, donde acaba de caer el dictador Hosni Mubárak, se sigue llamando El Cairo, pero es preciso no olvidar que es obligatorio el artículo masculino con mayúscula inicial, puesto que forma parte del nombre de la ciudad.
Recordemos también que Qatar, el país donde se lanzó en 2001 la Ronda de Doha, desde la nueva Ortografía ha cambiado de nombre: ahora se llama Catar, y sus habitantes son en español cataríes, aunque ellos probablemente no lo sepan.
Ricardo Soca
Es el caso del Reino de Baréin (tal la última grafía recomendada por la Academia Española en su Ortografía de 2010), aunque en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), publicado hace apenas cuatro años, la Academia y sus asociadas preferían Bahréin, un calco ortográfico del inglés, con el aditamento de una tilde.
En realidad, la pronunciación de ese nombre podría sugerir para el castellano Bajréin, puesto que la h se pronuncia en inglés, retomando un fonema que también existe en lengua árabe.
Con la ortografía de Yemen parecería no haber diferencias en español, aunque el DPD sugiere el uso con artículo: el Yemen y República del Yemen. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el gentilicio: el mismo DPD recomienda yemení, vocablo de uso casi exclusivamente peninsular, y desconoce yemenita, mas empleado por la prensa hispanoamericana.
El lugar donde se iniciaron los disturbios es Túnez, un nombre que no presenta dificultades en español, aunque vale la pena recordar la característica de tratarse de un país denominado por su gentilicio (República Tunecina), tal como ocurre con Francia y Argentina, entre muchos otros países.
Aunque por el momento no hay revueltas en la República Árabe Saharaui Democrática, es preciso recordar que la h se puede pronunciar aspirada, como en árabe, o mantenerse muda, como es normal en español. Además, la región del desierto del norte del África puede llamarse tanto Sahara como Sáhara. En el último caso, la h debe ser aspirada, por tratarse de un calco de la pronunciación árabe.
La capital de Egipto, donde acaba de caer el dictador Hosni Mubárak, se sigue llamando El Cairo, pero es preciso no olvidar que es obligatorio el artículo masculino con mayúscula inicial, puesto que forma parte del nombre de la ciudad.
Recordemos también que Qatar, el país donde se lanzó en 2001 la Ronda de Doha, desde la nueva Ortografía ha cambiado de nombre: ahora se llama Catar, y sus habitantes son en español cataríes, aunque ellos probablemente no lo sepan.
Ricardo Soca
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